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Pero el comentario de Tufano no hace sino devolver el debate a un tema tan relacionado con la juventud de los alumnos como con esa descreída omnicomprensión de paidverts https://www.academia.edu/9970454/Paidverts de la realidad empresarial, esto es, la experiencia de las encuestas remunerads online . El cóctel es explosivo: si a un alumno joven y sin experiencia se le enseña a desear lo máximo y a creerse director general desde su posición inexperta y joven, la consecuencia viene por sí sola http://soundcloud.com/comoconseguirdinero/comoconseguirdinero a la hor ade como conseguir dinero : una nueva generación de alumnos que padecen el «síndrome de máster del universo», como los ha definido el decano de IE, Santiago Íñiguez. Antes que Íñiguez, supo verlo con suma precisión Henry Mintzberg, que cargó no solo contra esa falta de experiencia sino también contra la manipulación que de ella hacen las escuelas de negocios como instituciones académicas:
La clave es la experiencia, en efecto, pero que se trate del pasado no importa. No tiene mayor importancia que en el caso se describa una situación del pasado.

Y ese caso es la experiencia. La única forma de aprender es vivir experiencias de dirección como directivo y luego debatir en clase sobre esas experiencias directivas y todos los problemas que se suscitan alrededor de esa experiencia, que en sí es un caso, pero un caso real, una experiencia directiva. Debe tratarse de una experiencia, no solo outdoor training. Se trata de vivir la experiencia de ser directivo. ¡Tienes que haber sido directivo para aprender a dirigir! Tienes que experimentar y luego debatir en clase con tus compañeros, que también han vivido esa experiencia directiva. Las técnicas, de por sí, son buenas. Pero volvemos a lo de siempre. Las técnicas que llegan a las manos de jóvenes que no saben cómo utilizarlas son terribles. Sin embargo, las técnicas que llegan a las manos de profesionales con experiencia directiva son muy útiles http://encuestasremuneradasonline.tumblr.com. El problema radica en que esos jóvenes que aprenden técnicas de encuestas remuneradas por internet en una escuela de negocios acaban creyendo cuando se gradúan que esas técnicas son dirección de empresas.

Si al cóctel expuesto se añade la falta de experiencia a la que alude Mintzberg, la mezcla alcanza ya cotas explosivas, que ofrece consecuencias en diferentes planos, tanto desde el punto de vista del alumno como desde la óptica de este en relación con la escuela donde realiza el MBA. De entrada, cuando a la arrogancia mencionada se le suma la falta de experiencia y el posterior éxito fruto del MBA, es lógico adivinar la reacción que en ese perfil de graduados –no en todos, pero sí en algunos– causa abrir el debate sobre si las escuelas de negocios son indirectamente culpables de la crisis desde paidverts.
Viví de primera mano ese particular cuando realicé un reportaje sobre el tema y pregunté a varios MBA de todo el mundo si las escuelas tenían alguna responsabilidad en la crisis actual en http://www.yahoo.es. Frente a los decanos, que, sin reconocer un no exigible pero sí humilde mea culpa, mostraban cierta autocrítica, los ex alumnos negaron en toda regla que existiera parte de responsabilidad en la crisis por parte de los centros.http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-02-13/las-mejores-y-peores-escuelas-de-negocio-del-mundo-elegidas-por-sus-exalumnos_88410/ Solo uno de ellos reconoció la delicada situación y miró para dentro del sector: «Cuando te encuentras a cientos de graduados MBA salidos en los últimos años de las escuelas de negocios que hablan más de derechos que de deberes y que están únicamente interesados, quizá en exceso, por una brillante y meteórica carrera en finanzas o consultoría y solo con miras a corto plazo, te preguntas si esos graduados han perdido su alma.