Un día...
Ese día en el que incluso el viento se apiadó de ella, envolviendola en su rebozo de finos hilos de olvido y desconsuelo. Dejó que su sollozo le mojara y que su pena tiñera de violeta sus cabellos entrecanos. Soportó una y otra vez los golpes de un corazón acorazado, armado y defensivo... derrotado. Ese día, ese único y certero día anocheció la vida en sus ojos. Esa noche despertó del sueño de Ser. Su nombre se volvió de arena, su piel descamandose cayó como cristales sobre la tierra y su sonrisa de muñeca se desvaneció en la bruma. ...aguas de un pensamiento inconcluso, taciturno... Sólo. |
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